Ingredientes
- 1 huevo
- 2 cucharas soperas de harina de tapioca
- 1 cuchara sopera de queso crema
- Queso a gusto
- Sal a gusto
Preparación
- Mezclar todo con un tenedor y llévalo a la sartén rociada o aceite.
- Hacerlo en fuego bajo.
Ingredientes
Preparación
Ingrediente
Relleno
Ingredientes
Preparación
Ingredientes
Preparación
Ingredientes
Preparación
Modo de preparación
Biscochuelo
Ingredientes
Preparación
Ingredientes
Preparación
Nota
Ingredientes
Preparación
Ingredientes
-8 Arepas-
Preparación
Ingredientes
Preparación
Preparación
Ingredientes
Masa
Relleno
Preparación
Ingredientes
(rinde 1 docena)
Procedimiento
Ingredientes
Elaboración
En España el maíz no se nixtamaliza, como en Mexico, ni se precuece como en Colombia y Venezuela para las famosas arepas. No usamos la sémola para hacer polenta como en Italia... pero es sin duda parte de una herencia.
El maíz txakinarto es una variedad de maíz que se trajo de América y que en Euskadi se cultiva en la zona de Mungia y el valle de Txorierri. Su producción es local y bastante pequeña, es un maíz con muy poquito salvado comparado con otras variedades híbridas de maíz y tiene un sabor absolutamente increíble.
La peculiaridad de la harina de este maíz txakinarto es que se recoge cuando aún está fresca y seca en un horno de ladrillo refractario durante 48 horas. Este proceso de secado dota a la futura harina de maíz de sabor y aroma muy suaves y agradables, pero también le permite que sea mezclado fácilmente con agua fría para formar una masa blanda y muy manejable.
El maíz es un producto empleado en Euskadi como alimento o ingrediente para la elaboración del talo, un pan muy vasco elaborado con harina de maíz, agua y sal, tostado en una plancha, para crear una corteza crujiente por sus caras y un interior blando y cremoso.
Los talos son tortillas de maíz (primos de los tacos mexicanos o las arepas y hermanos del gofio canario, los tortos asturianos o las cocas de dacsa mediterráneas). A diferencia de las tortillas, donde se nixtamaliza la harina (con un proceso en el que entra la cal viva) o en las arepas (donde se precocina la harina), los talos se hacen con harina de maíz, preferiblemente txakinarto, directamente molida. Se agregan agua tibia y sal. Se mezcla bien para obtener una masa consistente y manejable y hace pelotas del tamaño de pelotas de ping pong. Aplana con la palma de tu mano sobre una superficie enharinada. Y asarlos. Si tienes una sartén de hierro fundido, mejor. No es necesario agregar aceite o grasa de ningún tipo. La harina de maíz, al ser sin gluten, es más difícil de trabajar, se rompe constantemente por lo que es importante que el agua esté de tibia a caliente (sin quemarlo) no debe hervir. Es fundamental asegurarse de interrumpir el proceso lo menos posible.
Ingredientes
Preparación
Harina de tapioca
Es posible comprar goma de mandioca (o tapioca) ya hidratada, simplemente tamizándola para prepararla. Pero si tiene harina de tapioca seca , debe hacer todo el proceso de hidratación antes de tamizar la tapioca.
Ingredientes
Instrucciones
Idli es un tipo de pastel de arroz, originario del subcontinente indio. Las tortas se hacen al vapor una masa que consiste en lentejas negras fermentadas (descascarilladas) y arroz. El proceso de fermentación descompone los almidones para que el cuerpo los metabolice más fácilmente.
Idli tiene variaciones, incluido el rava idli, que está hecho de sémola. Las variantes regionales incluyen sanna de Konkan.
Un precursor del idli moderno se menciona en varias obras indias antiguas. Vaddaradhane, una obra en kannada del 920 d.C. de Shivakotiacharya menciona "iddalige", preparado únicamente con una masa de Vigna mungo (fréjol negro, frijol negro, lenteja negra, mungo o poroto mung -negro, no el verde o Vigna radiata). Chavundaraya II, el autor de la enciclopedia Kannada más antigua disponible, Lokopakara (c. 1025 d.C.), describe la preparación de este alimento empapando Vigna mungo en suero de leche, molido hasta obtener una pasta fina y mezclado con agua clara de cuajada y especias.
La receta mencionada en estas antiguas obras indias omite tres aspectos clave de la receta moderna de idli: el uso de arroz (no solo Vigna mungo), la fermentación prolongada de la mezcla y la cocción al vapor para obtener esponjosidad. Las referencias a la receta moderna aparecen en las obras indias solo después de 1250 EC. La receta moderna de idli podría haberse originado en la Indonesia actual, que tiene una larga tradición de alimentos fermentados. Los cocineros empleados por los reyes hindúes de los reinos indianizados podrían haber inventado el idli al vapor allí y llevar la receta a la India durante 800-1200 d.C. Se especula sbre un plato indonesio llamado "kedli" seria como un idli, no se ha podido encontrar ninguna receta para un plato indonesio con este nombre.
Tambien hay quien afirma que los comerciantes textiles saurashtrianos fueron quienes introdujeron el idli en el sur de la India durante los siglos X y XII. Incluso hay afirmaciones de que una mezcla de arroz y gramo Vigna mungo y luego cocido al vapor para formar pasteles tuvo su origen en Gujarat.
La obra existente más antigua que menciona idli (como itali) es Maccapuranam, data del siglo XVII.
En 2015, Eniyavan, empresa de catering de Idli con sede en Chennai, comenzó a celebrar el 30 de marzo como el "Día Mundial de Idli".
Para hacer Idli,
Ingredientes
Preparación
Además de los celíacos, buscan alimentos sin TACC personas que sin sufrir las consecuencias gastrointestinales de esta enfermedad, padecen una intolerancia al mismo ingrediente que les provoca fuertes descomposturas y otros síntomas. Además, en los últimos años la popularidad de este tipo de alimentación viene creciendo entre la población en general.
“Esta creciente demanda viene de la mano de una búsqueda de alimentos funcionales, es decir aquellos elaborados no solo por sus características nutricionales sino también por contener ingredientes activos que otorgan algún beneficio a la salud”, señaló Estefanía Guiotto, investigadora del CONICET en el Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA, CONICET-UNLP-CICPBA).
La científica participó de un estudio científico publicado a comienzos de año en la revista LWT-Food Science and Techonology que revela el desarrollo de una nueva alternativa de mezcla de harinas, conocida como premezcla, para elaborar pan libre de gluten.
En este caso, el trabajo combinó en distintas proporciones harina de trigo sarraceno, proveniente de la molienda de grano de dicho cultivo, y “expeller” de semillas de chía, que consiste en el subproducto que queda del proceso de extracción de su aceite.
“El notable crecimiento de los productos sin gluten en la industria alimentaria lleva a revalorizar cultivos muy populares en el pasado, y a prestar atención a lo que pueden aportar sus derivados, como por ejemplo las harinas”, explicó Marianela Capitani, investigadora del CONICET en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA).
La inclusión del trigo sarraceno responde a sus excelentes propiedades nutricionales, entre las cuales destaca un alto contenido de proteínas de buena calidad, como la lisina; una cantidad considerable de fibra dietética, presente en vegetales y legumbres y conocida por su capacidad de evitar el estreñimiento; almidón resistente a la digestión; y otros componentes antioxidantes, compuestos químicos beneficiosos que ayudan a liberarse de otros que causan el envejecimiento celular.
En la misma línea, la incorporación de la chía en el estudio también se debió a la cantidad de propiedades beneficiosas que contiene, que la convierten en una especie de “cóctel” nutricional considerado en los últimos años un superalimento.
“Esta semilla se produce en diversos países, entre ellos la Argentina. Uno de los componentes más valorados es el aceite, que alcanza el 30 por ciento de su composición, y del que más de la mitad de su contenido son ácidos grasos poliinsaturados omega-3, que contribuyen a mantener niveles normales de colesterol y cuya incorporación a la dieta es esencial para los seres humanos ya que, a diferencia de otras sustancias, nuestro organismo no los produce”, apuntó Guiotto.
El proceso mecánico de obtención del aceite deja como resultado un subproducto denominado torta de extracción o expeller, que a su vez se muele para conseguir una harina repleta de proteínas, fibra dietética, antioxidantes y calcio. “Por si fuera poco, no presenta ningún efecto adverso, como podrían ser alergias o compuestos que interfieran con la absorción de nutrientes”, detalló la investigadora.
Una vez que las investigadoras se decidieron por estas materias primas, formularon 8 premezclas a base de harina de trigo sarraceno, en algunos casos blanca y en otros integral.
Luego, complementaron una parte de ellas con un porcentaje de expeller resultante de la extracción de aceite de semillas de chía y, la otra, con goma xántica, un espesante natural procedente de la fermentación bacteriana del almidón de maíz que reemplaza la función estabilizante del gluten.
Así, lograron combinaciones diferentes de acuerdo a las proporciones utilizadas, y hornearon un pan de molde con cada una de ellas, que luego compararon con otro cocinado a partir de una premezcla comercial de marca reconocida.
“Lo primero que hicimos, antes de diseñar las composiciones, fue determinar las características fisicoquímicas y funcionales de los distintos ingredientes que íbamos a usar”, relató Capitani.
Los ensayos fueron posibles gracias a las donaciones del Centro INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) Cereales y Oleaginosas con sede en la ciudad bonaerense de 9 de Julio, y de la empresa DUSEN SRL.
Cuando tuvieron los 8 panes listos, procedieron a observar y describir las propiedades físicas y tecnológicas de cada uno, como humedad, pérdida de masa durante el horneado, volumen específico, coloración, altura, alveolado de la miga, perfil de la textura, y otros rasgos.
“En este punto, utilizamos el colorímetro para medir el color tanto de la corteza como del interior, y lo mismo con otro equipo llamado texturómetro, que permite analizar los atributos táctiles y visuales, y observamos la superficie por dentro y por fuera de los panificados”, explicó Guiotto.
De este proceso de evaluación inicial se seleccionó el producto que reunía las mejores características y que, por lo tanto, más se asemejaba al obtenido con la premezcla comercial, inserta y aceptada por los consumidores.
La fórmula que obtuvo el podio fue aquella elaborada con harina de trigo sarraceno blanca y la inclusión de un 10 por ciento de expeller de chía y una concentración de goma xántica del 2 por ciento.
“La base de la preparación permitió que el pan sea más blanco, y por lo tanto similar a los panes que se encuentran en el mercado, con un mayor porcentaje de gas que generaba más cantidad de alvéolos o burbujas en la miga”, señaló Capitani.
A su vez, la chía y la goma xántica “generaron un efecto conjunto que aportó buena humedad y volumen, dos aspectos que son esenciales pero difíciles de lograr en los productos sin gluten, y aquí hay que destacar la presencia del mucílago, esa especie de gel que se desprende al remojar las semillas, y que favorece la capacidad de retener el agua”.
En cuanto a la apariencia, también fue el que presentó mayor elasticidad y gomosidad, con un interior esponjoso y una corteza homogénea sin grietas en la superficie.
A la hora de establecer sus propiedades nutricionales, mostró un importante aporte de proteínas, fibra, antioxidantes y ácidos grasos poliinsaturados omega 6 y omega 3.
“Todo en niveles superiores a lo que presenta el panificado hecho con la harina comercial”, subrayaron las investigadoras y adelantaron: “Estos estudios son la puerta a una nueva oferta de premezclas sin gluten, pensando también en la posibilidad de poder incluirlas en la elaboración de otro tipo de productos, como por ejemplo las pastas”.
Por: Mercedes Benialgo – Conicet La Plata