En un bol, con la ayuda de una espátula de goma, mezclamos la margarina con el azúcar hasta que nos quede una masa blanquecina y doble su volumen.
Después, le añadimos el huevo y batimos con las varillas manuales. Ahora, abrimos la vaina de vainilla y echamos los granitos de dentro en nuestra masa, y volvemos a mezclar.
Finalmente añadimos la harina poco a poco y vamos moviendo hasta que nos quede una masa que no se pega en las paredes del bol. Con esta masa, hacemos una bola, y la metemos durante 30 minutos al frigorífico, envuelta en papel film.
Cuando pase este tiempo, la sacamos, y la extendemos con un rodillo encima de un papel vegetal. Dejamos un grosor de unos 3-5mm y cortamos con los cortapastas que más nos gusten hasta que la masa se nos acabe.
Mientras, ponemos el horno a precalentar a 170ºC (calor arriba y abajo con el ventilador puesto).
Cuando vamos llenando las bandejas (a mi me han salido 6 bandejas), las vamos sacando al balcón (si es invierno) y sino, las metemos en el frigorífico durante 15 minutos.
Una vez el horno caliente, las metemos durante 10 minutos (170ºC). Cuando estén doradas, las sacamos y las dejamos enfriar.
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